Como dirían los inefables O’Funk’Illo: vivimos tiempos perros, y la empresa ibérica media sigue más preocupada de reducir sus costes, sin más, a la mínima expresión, que de optimizar el negocio.
El mapa mental, y las acciones derivadas del mismo, de un proceso de reducción de costes es muy diferente a la búsqueda de la eficiencia en la ecuación coste-beneficio.
Seguramente la mejor manera de reducir costes es cerrar el negocio. Por el contrario, la mejor manera de optimizar costes pasa por eficientar las estructuras.
Y mientras se afrontan estos traumáticos procesos, nadie parece preocupado de la calidad de los productos y servicios, factor clave para la competitividad a medio y largo plazo. Algunos parecen haber olvidado dos de los mandamientos de la calidad:
- El coste de la calidad es cero, por que el coste de la no calidad es infinito (rápidamente te expulsan del mercado)
- La calidad nunca es cortoplacista
Últimamente, el que les escribe, ya está un poco harto de oír, que para empezar, hay que pasar de la previa y supuesta alineación de TI con el negocio, a la integración de TI con el negocio. El todo. El CIO integrado en el consejo de administración y pieza indispensable en el roadmap de futuro.
Y aquellos que espetan tal obviedad, argumentan sin pestañear, que el punto clave es, atención:
¿Cómo mostrar a dirección el valor de TI para el negocio?.
Si a estas alturas del partido todavía tenemos que hacer pedagogía del valor que aportan las TI para el negocio (para el negocio que supuestamente conoce y gestiona aquel a quien se lo debemos mostrar), mejor dar un paso atrás.
O lateral. Quizás hacía Europa o USA. O quizás hacía compañías sin hipotecas mentales, a veces confundidas con psicopatías, que hacen que ciertos negocios con gran potencial por la vía tecnológica sigan instalados en modelos de fábrica de muñecas de porcelana.
¿Qué a un CEO hay que mostrarle hoy en día el valor de las TI para su negocio?. Huya de allí. Es desidia. Es incompetencia.
1 Comment:
Buenísimo argumento; A mi me encanta ser constructivo y mejorar de forma continua. He intentar no juzgar a nadie.
La problemática estriba en el funcionamiento diario que o antes no tenía los conocimientos suficientes y no los percibía o ahora, lo veo, lo veo; y aunque redundante, nadie hace nada, o hace oídos sordos.
La alineación o integración como comentas, es conocida, pero su valor o beneficios o ahorro de costes, se va realizando granito a granito de arena. Y muchas veces el negocio quiere percibir todo a corto plazo y de golpe, y ahí viene el problema.
Donde más se palpa, la mejora de las buenas prácticas, es en la explotación de servicios, por el coste que conlleva, pero para eso hay que estar ahí y verlo in situ.
Un abrazo.
Luis Ignacio
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